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Liceo de Cervantes El Retiro, Bogotá Cundinamarca, Colombia
Señores Padres de Familia

Reciban de nuestra parte el más cálido saludo, siempre reunidos alrededor de Jesucristo Nuestro Señor, quien ha de guiar nuestros pasos y acciones, bendiciéndonos como ha sido su promesa.

Queremos extender un fraternal saludo de bienvenida a todos ustedes para que el año 2014 sólo sea un año de éxito y crecimiento de toda nuestra comunidad, siempre exhortando su compañía y apoyo y valorando el alto grado de compromiso que evidencian, logrando fortalecer un proceso que hemos considerado de vital importancia para nuestra comunidad académica.


A continuación encontrarán los horarios dispuestos para los 6 Encuentros de Padres pendientes en el año, así como una actualización de los artículos y demás contenidos que con esmero elaboramos y que hemos considerado como piezas útiles para el crecimiento de los procesos formativos de sus hijos.



ABRIL 12
TERCER ENCUENTRO DE PADRES MADURA.

ENTREGA DE NOTAS. 
TALLERES POR CURSOS.

MAYO 10
CUARTO ENCUENTRO DE PADRES MADURA.

JULIO 12

QUINTO  ENCUENTRO DE PADRES MADURA.

ENTREGA DE NOTAS. 


AGOSTO 2
SEXTO ENCUENTRO DE PADRES 


SEPTIEMBRE  20.

SÉPTIMO  ENCUENTRO DE PADRES MADAURA. 

ENTREGA DE NOTAS. 
TALLER POR CURSOS


OCTUBRE 18
OCTAVO ENCUENTRO DE PADRES


LA RESILIENCIA EN NIÑOS Y ADOLESCENTES
Tendemos a idealizar la niñez como una época sin problemas, pero la tierna edad por sí sola no ofrece ninguna protección contra los daños emocionales y los traumas que pueden enfrentar nuestros hijos. Se les puede pedir a los niños que enfrenten problemas, como adaptarse a una nueva clase, ser intimidados por sus compañeros o incluso una situación familiar dolorosa. Si sumamos a eso la incertidumbre que forma parte del crecimiento, la infancia  y la adolescencia puede ser cualquier cosa menos una época sin problemas. La aptitud para desarrollarse pese a estos desafíos surge de la capacidad de resiliencia.
La  resiliencia es una capacidad que puede aprenderse.
Desarrollar resiliencia, significa la habilidad para afrontar con éxito la adversidad, el trauma, la tragedia, las amenazas o incluso fuentes importantes de estrés, puede ayudar a manejar el estrés y los sentimientos de ansiedad e incertidumbre, saliendo fortalecidos de todos ellos.
Sin embargo, que los niños sean resilientes no significa que no experimentarán dificultades o angustia. El dolor emocional y la tristeza son comunes cuando tenemos un trauma de importancia o una pérdida personal, o incluso cuando nos enteramos de la pérdida o trauma de otra persona.
Todos podemos desarrollar resiliencia y ayudar a que nuestros hijos la desarrollen. Implica conductas, pensamientos y acciones que pueden aprenderse con el paso del tiempo.
A continuación, planteamos algunas sugerencias que  pueden  ser de apoyo  para desarrollar  la resiliencia.
 Establezca relaciones
Enséñele a su hijo cómo hacer amigos, inclusive la capacidad de sentir empatía, o de sentir el dolor del otro. Anime a su hijo a ser amigo para poder tener amigos. Desarrolle una red familiar fuerte para respaldar a su hijo ante las desilusiones y heridas inevitables.  Relacionarse con las personas brinda apoyo social y fortalece la resiliencia.  
Apoye a su hijo haciendo que ayude a otros.
Ayudar a otros puede permitirles a los chicos superar la sensación de que no pueden hacer nada. Anime a su hijo a realizar trabajos voluntarios apropiados para su edad, asígnele responsabilidades, o pídale ayuda con alguna tarea que él pueda realizar.
Mantenga una rutina diaria
Respetar una rutina puede ser reconfortante para los chicos, en especial para los más pequeños que anhelan estructuras en su vida. Anime a su hijo a desarrollar sus propias rutinas.
Enseñe a su hijo a cuidar de sí mismo
Dé un buen ejemplo y enséñele a su hijo la importancia de darse tiempo para comer como es debido, hacer ejercicios y descansar. Asegúrese de que tenga tiempo para divertirse y no tenga programado cada minuto de su vida sin ningún momento para relajarse. Cuidarse e incluso divertirse ayudará a su hijo a mantener el equilibrio y enfrentar mejor los momentos estresantes.
Avance hacia sus metas
Enséñele a  a fijarse metas razonables y luego a avanzar dando un solo paso a la vez para lograr alcanzarlas. Avanzar hacia esa meta, incluso con un paso muy pequeño, y recibir elogios por hacerlo hará que su hijo se concentre en su logro en lugar de fijarse en lo que no logró y puede ayudarle a desarrollar resiliencia para salir adelante ante los desafíos.
Alimente una autoestima positiva
Ayude a su hijo a recordar cómo pudo lidiar satisfactoriamente con dificultades en el pasado y luego ayúdelo a entender que esos desafíos pasados lo ayudan a desarrollar la fortaleza para manejar desafíos futuros. Ayude a su hijo a que aprenda a confiar en sí mismo para resolver los problemas y tomar las decisiones adecuadas.
Mantenga las cosas en perspectiva y una actitud positiva
Incluso cuando su hijo esté enfrentando sucesos dolorosos, ayúdelo a ver la situación en un contexto más amplio y a mantener una visión de largo plazo. Si bien  puede ser demasiado joven para ver las cosas a largo plazo por sí mismo, ayúdelo a ver que existe un futuro más allá de la situación actual y que el futuro puede ser bueno. Una actitud optimista y positiva le permite  darse cuenta de las cosas buenas de la vida y seguir adelante incluso en los momentos más difíciles.
Busque oportunidades para el autodescubrimiento
Los momentos difíciles suelen ser los momentos en los que aprenden más sobre sí mismos. Ayude a que su hijo vea cómo lo que está enfrentando puede enseñarle a conocerse. Considere conversaciones sobre lo que ha aprendido  después de enfrentar una situación difícil.
Aceptar que el cambio es parte de la vida
Los cambios pueden a menudo ser terribles para los niños y adolescentes. Ayude a su hijo a ver que el cambio forma parte de la vida y que se puede reemplazar con nuevas metas a aquéllas que puedan haberse convertido en inalcanzables.




CÓMO DESARROLLAR EL SENTIDO DE RESPONSABILIDAD EN NUESTROS HIJOS.


La responsabilidad es el  ánimo para responder frente a las obligaciones de la vida, la capacidad para decidir apropiadamente y con eficacia ante las situaciones, constituyendo  un elemento importante dentro de la estructura de la personalidad.

Desde este punto de vista es  importante lograr que el estudiante tome la mayor parte de sus decisiones dentro de los límites de las normas sociales en las que vive y de las expectativas comúnmente aceptadas, para extraer de ahí relaciones humanas positivas, estar más seguro, sentirse integrado y obtener éxito en sus iniciativas.

Desde el primer día de su vida hasta su madurez, debe desarrollar, poco a poco, su capacidad para ser responsable, ser capaz de mantenerla y ampliarla. Y la vía para conseguirla es el trato diario con sus padres, sus maestros y sus iguales. En este sentido son las pequeñas tareas y obligaciones de la vida cotidiana (adaptadas a cada edad) las que desarrollan el sentido de la responsabilidad.

Como apoyar y desarrollar la responsabilidad:

       Fortalezca  la sensación de capacidad de logro.
       Ayúdelo a tomar decisiones. Muéstrele  alternativas que pueden ser adecuadas para distintas situaciones.
       Establezca normas y límites, de forma  razonable y de una manera adecuada.
       Utilice tareas y obligaciones adaptadas a la edad  para crear responsabilidad: bajar la basura, hacerse su cama, etc.
       Sea coherente. Utilice la lógica. No le exija responsabilidades por encima de sus posibilidades.
       Utilice la comprensión (no es sinónimo de permisividad).
       Dé recompensas por ser responsable. No es necesario que siempre sean materiales, ni siempre hay que dar por lo que se hace.
       Infórmele  sobre la eficacia de sus respuestas o reacciones ante las situaciones.
       Desarrolle la sensación de que él puede hacer las cosas.
       Y sea siempre paciente. Su hijo necesita tiempo para aprender
       Sea claro, coherente y respetuoso al expresar lo que espera de ellos. Pero también enérgico, perseverante y tenaz en mantener los requerimientos dados a los niños y adolescentes.
       Los hijos deben ver a sus padres seguros de lo que hacen y mandan.

Su hijo es responsable si:

• Realiza las tareas normales sin que haya que recordárselo en todo momento.
• Puede razonar lo que debe hacer.
• No echa la culpa a los demás ni busca excusas sistemáticamente.
• Puede jugar, hacer sus deberes y estudiar a solas sin problemas.
• Puede tomar decisiones distintas de las que otros toman en el grupo en que se mueve (amigos, familia, etc.), que sean para él adecuadas, aunque se oponga a ellos.
• Posee diferentes objetivos e intereses que puedan atraer su atención.
• Respeta y reconoce los límites impuestos por los padres sin discusiones inútiles o improductivas.
•  Lleva a cabo lo que dice y se compromete que va a hacer.


Podemos resumir que la responsabilidad es un hábito de reacción comprometida frente a las situaciones de la vida que vamos adquiriendo y consolidando con la práctica a lo largo de nuestra vida.

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