¿La marihuana hace que los adolescentes sean más
tontos?
El haragán fumador de marihuana que se despista en
clase es un estereotipo común. Y hay evidencias que sugieren que la hierba
podría reducir la capacidad intelectual. “Cuando las personas fuman marihuana,
vemos cambios en su córtex prefrontal, que es una parte crítica del cerebro
ubicada justo detrás de nuestras cejas, y que es responsable de cosas como las
decisiones, la consciencia y el razonamiento abstracto”, dice Gruber.
Durante la adolescencia, el cerebro elimina las
neuronas que no necesita para poder operar de forma más eficiente, un proceso
llamado poda sináptica. “Al nacer, un niño tiene muchas más neuronas que un
cerebro adulto”, señala Volkow says. “Es como una escultura, en la que el
artista va desbastando la piedra hasta darle la forma deseada. [El cerebro] se
deshace de algunas neuronas y crea conexiones que maximizan las funciones que
el niño va a necesitar para convertirse con éxito en adulto”.
La marihuana altera los receptores de glutamato,
los neurotransmisores involucrados en la poda sináptica. Como resultado, puede
que las neuronas extrañas no sean eliminadas de forma efectiva, lo cual podría
afectar a nuestra capacidad cognitiva, desde la memoria hasta el control de
nuestras acciones.
Volkow lo compara con el funcionamiento de un
aeropuerto. “Cuantas más conexiones haya, más comunicaciones se establecerán entre
un lugar y el otro, pero demasiadas conexiones colapsan el sistema”, dice. “Por
supuesto, unas conexiones escasas también interfieren en la capacidad de
transportar a las personas de un lado al otro. Y los estudios han demostrado
que quienes consumen mucha marihuana en su adolescencia tienen muchas menos
conexiones en el hipocampo, que es una de las regiones principales involucradas
en la memoria y el aprendizaje”.
Concretamente, señala John Kelly, doctor en
medicina, profesor de psiquiatría de las adicciones en la Escuela Médica de
Harvard y director del Instituto de Investigación para la Rehabilitación:
“Puede impactar en la consolidación de la memoria, básicamente en la
codificación de información a corto plazo en una memoria a largo plazo. Aprendemos
contextualizando nueva información y relacionándola con otros recuerdos de
nuestro banco de memoria. Si la información no ha sido codificada
correctamente, no será un recurso para este proceso”.
La marihuana también puede reducir la mielina, una
capa protectora que rodea los axones de las neuronas y se encarga de aumentar
la velocidad a la que viajan los impulsos electroquímicos por el cerebro. “Si
no tienes suficiente mielina, es posible que te despistes habitualmente y
tengas problemas de atención”, dice Kelly. “Básicamente, vas en el tren de los
lentos”.
Un estudio de Northwestern Medicine reveló
que los adultos jóvenes que fumaron marihuana diariamente durante al menos tres
años cuando eran adolescentes tenían un hipocampo con una forma anormal y un
peor rendimiento en tareas de memoria a largo plazo, dos años después de haber
dejado de consumir la droga. En comparación con el grupo de control, los
resultados obtenidos en un test sobre los procesos de memoria que apuntan a la
resolución de problemas cotidianos y a mantener las relaciones de amistad
fueron un 18% más bajos. Y una investigación de la
Universidad de Duke señaló que existe una relación entre el consumo de
marihuana durante largos periodos antes de los 18 años y la caída duradera del
coeficiente intelectual. A la edad de 38 años, los sujetos obtuvieron un
promedio de ocho puntos menos en comparación a sus resultados cuando tenían 13
años.
Sin embargo, Gerdeman advierte que no hay que caer
en conclusiones precipitadas. “El cerebro humano es una estructura plástica que
experimenta pequeños cambios morfológicos con el paso del tiempo, el
aprendizaje, las experiencias, el estrés, los traumas, la meditación, el
ejercicio y, sí, el cannabis”, añade. “No te voy a decir que no hay ninguna
razón para preocuparse, pero estos hallazgos deben ser vistos con matices”.
Señala que algunos estudios perfilan un relato cauteloso basado en imágenes
cerebrales sin mostrar un déficit funcional correspondiente, mientras que otros
no controlan variables influyentes como el consumo excesivo de alcohol.
¿Es posible que se atrofie la madurez emocional?
La marihuana no solo afecta al intelecto. Los
investigadores sugieren que también puede afectar a la inteligencia emocional,
tanto como al coeficiente intelectual, debido al hecho de que los consumidores
muy asiduos tienen dificultades para extraer sus recuerdos pasados a la hora de
tomar decisiones en el presente. Al manejar una relación o interacción social,
“su córtex prefrontal explorará el resto del cerebro para ver si has estado expuesto
en el pasado a situaciones similares que puedan guiarte o predecir lo que va a
pasar”, dice Volkov. Y si no tienes acceso directo a esa información, estás en
desventaja.
Es más, la investigación de imágenes cerebrales ha
demostrado que el THC se dirige al córtex prefrontal, la zona asociada con la
regulación emocional y las habilidades sociales. “El córtex prefrontal es el
sistema de frenos del cerebro; nos hace prestar atención antes de dejarnos
llevar”, dice Kelly. “Una poda inadecuada en esta región puede incrementar la
impulsividad y la desinhibición”. Cuando el córtex prefrontal de una persona no
funciona en sus niveles óptimos, puede llegar a reaccionar de forma
inapropiada, desde perder el temperamento con un amigo a tener relaciones
sexuales sin protección.
¿Es posible que la marihuana haga que los
adolescentes se vuelvan locos?
Esto puede olernos a un exceso de alarmismo, pero
algunos de los puntos más llamativos de la investigación es el vínculo entre el
consumo de marihuana y la psicosis. Según un reciente artículo publicado en la revista Biological
Psychiatry, el consumo diario de marihuana en adolescentes puede
incrementar el riesgo de psicosis de un 1% a un 3%. Y un estudio de la revista American Journal
of Psychiatry halló que por cada año que un adolescente varón consume
marihuana de forma regular, sus posibilidades de experimentar síntomas
psicóticos aumenta en un 21%, incluso un año después de haber dejado de
consumir la droga.
“Hay quienes tienen una propensión genética a
enfermedades mentales como la esquizofrenia que solo se manifiesta bajo ciertas
condiciones”, dice Kelly. “En estos individuos, la exposición crónica al THC
por un tiempo prolongado puede desencadenar un cambio en los genes responsables
de la psicosis”.
De nuevo, existe un debate sobre si la marihuana
realmente tiene la culpa. Un estudio de Harvard fracasó a la hora de
encontrar un vínculo causal entre la esquizofrenia y el consumo de cannabis,
sugiriendo en su lugar que el factor determinante era la historia familiar.
Un artículo de la revista Schizophrenia Research reveló
que mientras el consumo de cannabis aumenta en el Reino Unido, disminuyen los
casos de esquizofrenia y psicosis. Además, está la duda de si fue antes el
huevo o la gallina: las personas con más probabilidades de padecer desórdenes
psiquiátricos podrían ser más propensas a priorizar estas substancias.
Aunque el tema aún está en discusión, Geederman ha
descubierto que “los adolescentes con signos preexistentes de tendencias
psicóticas o predisposiciones genéticas que llevan a consumir cannabis de forma
compulsiva tienen un alto riesgo de desarrollar esquizofrenia”.
¿Es adictiva o no?
Si bien es cierto que la marihuana no tiene nada
que ver con drogas duras como la heroína y la cocaína, hay personas que se
enganchan. Y el riesgo es mayor en adolescentes. “Aproximadamente el 9% de los
individuos que tienen contacto con la marihuana se volverán adictos, pero si
pruebas marihuana en la adolescencia el porcentaje aumenta a un 19%”, señala
Volkov. “Y un 50% de adolescentes que consumen marihuana diariamente se vuelven
adictos”.
La marihuana activa una parte del cerebro llamada
núcleo accumbens, un elemento clave del sistema de recompensa del cerebro, y
esto puede llevar a la dependencia. “Cuanto antes el cerebro entre en contacto
con sustancias químicas, resulta más probable que se sensibilice con ellas”,
dice Kelly. “Al exponerlo durante la adolescencia, las neuronas se terminan por
adaptar a la droga y se alteran de forma que empiezan a esperar su presencia”.
El tema de fondo
Si bien no existe un juicio claro sobre si la
marihuana es realmente perjudicial para los adolescentes, la mayoría de investigadores
coinciden en que hay dos grandes factores de riesgo: la edad de inicio del
consumo y la frecuencia del mismo. Básicamente, cuanto antes se comienza a
consumir y cuanto mayor es la frecuencia, mayor es el perjuicio potencial por
daño cerebral, enfermedades mentales y adicción. Tal y como dice Gruber, el
mensaje que debemos darles a los adolescentes es “por ahora es mejor que digas
que no, vale la pena esperar”.
Liz, se ha mantenido alejada de la marihuana desde su rehabilitación y
está centrada en terminar la escuela secundaria. “Es algo realmente grande que
nunca pensé que haría”, dice. “Estoy entusiasmada con mi futuro…. y tengo más
fe en mí misma… y puedo defenderme por mí misma de formas que antes no podía…
No necesito consumir marihuana para ser la persona que quiero ser. Simplemente
puedo ser esa persona de forma auténtica”.
Fuente:https://es-us.noticias.yahoo.com/esto-le-ocurre-al-cerebro-de-un-adolescente-cuando-consume-marihuana-192618500.html
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